Esta técnica, como su propio nombre indica, consiste en empezar a
escribir a partir de una ilustración que funciona como el detonante de nuestra
imaginación.
Tiene muchas variantes y es fácil adaptarla a la edad del alumnado dependiendo del tipo de imagen que seleccionemos.
Podemos crear desde un diálogo
entre los personajes de la imagen hasta una historia estableciendo un orden
coherente y otorgándole un sentido a la secuencia de imágenes.
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